martes, 4 de agosto de 2015

Los roles cambian


Tema para discutir : Falta de armonía con mamá y papá

Todas estas emociones, junto con los conflictos y las discusiones, culminan en una relación "sin armonia", según califica la profesora de la Universidad de Southern California, Merril Silverstein. Esta situación es bastante común, al menos en Estados Unidos. La relación entre hijos adultos y los padres que están envejeciendo tiene mayores probabilidades de carecer de armonía aquí que en Europa o Israel, (enlace en inglés) según un estudio del 2010 publicado por Silverstein en el Journal of Marriage and Family.
Silverstein comparó datos de un estudio estadounidense de las generaciones con un estudio similar europeo que incluía respuestas de familiares cuidadores de Inglaterra, Alemania, Israel, Noruega y España. El estudio de cada país evaluó las respuestas de un promedio de 450 personas que prestan cuidados.
En el estudio de Silverstein, 20 % de los estadounidenses calificaron sus relaciones con los padres como carentes de armonía, y esta tasa equivale a más del doble de la tasa encontrada en Inglaterra, Alemania, Noruega, España e Israel.
"Parece que aumentaban los conflictos y disminuía la cercanía cuando los hijos adultos estaban cuidando a sus padres o cuando el padre o la madre estaban delicados de salud", dijo Silverstein. Por ejemplo, el estudio comparó la capacidad de los ancianos de subir escaleras con la calidad de la relación padres e hijos. Si los padres tenían problemas de movilidad  —que es una medida de la fragilidad— aumentaba la probabilidad de que mencionaran una relación difícil con sus hijos adultos.
¿Por qué? Algunos sociólogos, como Silverstein, creen que las diferencias en la forma en que las culturas manejan los asuntos relacionados a la prestación de cuidados influyen directamente en las relaciones en el hogar.


La independencia en Estados Unidos:
En Estados Unidos, el deseo de independencia choca contra la realidad de las exigencias de prestar cuidados. Sume a esto una herencia de inmigrantes que asigna valor a cuidar de los padres que están envejeciendo; el aumento de las familias con dos ingresos en las que las mujeres trabajan y están agobiadas por las responsabilidades de prestar cuidados; y la carga financiera de los cuidados en el hogar y de los cuidados a largo plazo, y tendrá la receta perfecta para la falta de armonía.
Pérdida de identidad:
Es esa lucha por mantener nuestras identidades individuales lo que aumenta la tensión en las relaciones, dice el médico psiquiatra Scott Haltzman, autor de The Secrets of Happy Families: Eight Keys to Building a Lifetime of Connection and Contentment (El secreto de las familias felices: Ocho claves para desarrollar una vida de conexión y satisfacción). Este es un rasgo esencialmente estadounidense que define a la generación de los baby boomers: esos que ahora están prestando los cuidados y se están convirtiendo en los que tendrán que aceptar ser cuidados.
"Fue hace poco menos de 50 años, cuando John Kennedy dijo, 'Pregúntese no lo que su país puede hacer por usted, sino lo que usted puede hacer por su país'", dice Haltzman. "Pero ahora la gente ya no se hace esa pregunta. En realidad no es cuestión de lo que usted pueda hacer por los demás, es lo que otros puedan hacer por mí, es acerca de lo que me hará más feliz".
Haltzman dice también que los hijos adultos sienten a menudo que les están robando sus años dorados. Es posible que sus propios hijos hayan dejado el nido y los padres que soñaban con haber terminado con las carreras desde los juegos de fútbol hasta las clases de piano, ahora tienen que manejar para ir a citas médicas y a las farmacias.

"No creo que ninguna generación se haya concentrado tanto en el cuidado de los niños, minuto a minuto, como nuestra cultura", dice Haltzman. "Podría ser que los adultos jóvenes ya estén extenuados cuando sus hijos dejan la casa". No pueden imaginarse invertir más energía para cuidar a alguien, como por ejemplo, a sus padres.