La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, los niños tarden en vestirse, no logres encontrar las llaves del auto, te encuentres todos los semáforos en rojo...
- no te enojes ni te frustres.ESTÁS EN EL LUGAR Correcto...
La gente estaba viva por las razones más pequeñas eran pequeños detalles como estos:
- Al director de una compañía se le hizo tarde porque era el primer día de kínder de su hijo;
- Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo;
- A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente;
- A otro sobreviviente se le fue el autobús;
- Alguien se tiró comida encima y necesitó el tiempo para cambiarse;
- Uno tuvo un problema con su auto, que no arrancó;
- Otra regresó a contestar el teléfono;
- Otra ¡tuvo un bebé!
- Otro no consiguió un taxi.
- Pero la historia que más impresionó fue la de un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, y antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por una curita y por eso está vivo hoy.
- Ahora, cuando me quedo atorado en el tráfico; - cuando pierdo un elevador;
- cuando regreso a contestar un teléfono;
y muchas otras cosas que me desesperan, pienso primero:
“Este es el lugar exacto en el que debes estar en este preciso momento”...
-La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora, los niños tarden en vestirse, no logres encontrar las llaves del auto, te encuentres todos los semáforos en rojo...
- no te enojes ni te frustres.
ESTÁS EN EL LUGAR Correcto...
A LA HORA EXACTA..
En
el primer día de clase, el profesor de “Introducción al Derecho” entró al aula
y lo primero que hizo fue pedir el nombre de un estudiante que estaba sentado
en la primera fila:
—¿Cuál es su
nombre?
—Mi nombre
es Nelson, Señor.
—¡Fuera de
mi clase y no vuelva nunca más! —Gritó el maestro desagradable.
Nelson
estaba desconcertado. Cuando volvió en sí, se levantó rápidamente recogió sus
cosas y salió del aula.
Todo el
mundo estaba asustado e indignado, pero nadie habló.
—¡Muy bien!
Vamos a empezar, dijo el profesor.
—¿Para qué
sirven las leyes? preguntó el maestro —los estudiantes seguían asustados, pero
poco a poco empezaron a responder a su pregunta:
—Para tener
un orden en nuestra sociedad.
—¡No! –
Respondió el profesor.
—Para
cumplirlas.
—¡No!
—Para que
las personas equivocadas paguen por sus acciones.
—¡No!
—¿Alguien
sabe la respuesta a esta pregunta!
—Para que se
haga justicia – una muchacha habló con timidez.
—¡Por fin!
Es decir, por la justicia.
—Y ahora,
¿qué es la justicia?
Todos
empezaron a molestarse por la actitud tan vil del profesor.
Sin embargo,
continuaron respondiendo:
—A fin de
salvaguardar los derechos humanos…
—Bien, ¿qué
más? —preguntó el maestro.
—Para
diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien…
—¡Okey!, no
está mal, pero respondan a esta pregunta:
— “¿Actué
correctamente al expulsar a Nelson del aula?”
Todos
estaban en silencio, nadie respondió.
—Quiero una
respuesta por unanimidad!
—¡No! —Todos
contestaron con una sola voz.
—Se podría
decir que he cometido una injusticia?
—¡Sí!
—¿Y por qué
nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas, si no tenemos
la voluntad necesaria para practicarlas? Cada uno de ustedes tiene la
obligación de hablar cuando es testigo de una injusticia. ¡No vuelvan a estar
en silencio, nunca más! Vayan a buscar a Nelson —dijo. Después de todo, él es
el maestro, yo soy un estudiante de otro período.
Aprendan que
cuando no defendemos nuestros derechos, se pierde la dignidad y la dignidad no
puede ser negociada.
NO DISCUTAS CON BURROS
El burro le dijo al tigre:
— "El pasto es azul".
El tigre respondió:
— "No, el pasto es verde".
La discusión se calentó, y los dos decidieron someterlo a un arbitraje, y para ello concurrieron ante el león, el Rey de la Selva.
Ya antes de llegar al claro del bosque, donde el león estaba sentado en su trono, el burro empezó a gritar:
— "Su Alteza, ¿es cierto que el pasto es azul?".
El león respondió:
— "Cierto, el pasto es azul".
El burro se apresuró y continuó:
— "El tigre no está de acuerdo conmigo y me contradice y molesta, por favor, castígalo".
El rey entonces declaró:
— "El tigre será castigado con 5 años de silencio".
El burro saltó alegremente y siguió su camino, contento y repitiendo:
— “El pasto es azul”...
El tigre aceptó su castigo, pero antes le preguntó al león:
— "Su Majestad, ¿por qué me ha castigado?, después de todo, el pasto es verde".
El león respondió:
_ "De hecho, el pasto es verde".
El tigre preguntó:
— "Entonces, ¿por qué me castigas?".
El león respondió:
— "Eso no tiene nada que ver con la pregunta de si el pasto es azul o verde.
El castigo se debe a que no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro, y encima venga a molestarme a mí con esa pregunta".
La peor pérdida de tiempo es discutir con el necio y fanático al que no le importa la verdad o la realidad, sino solo la victoria de sus creencias e ilusiones.
Jamás pierdas tiempo en discusiones que no tienen sentido...
Hay personas que por muchas evidencias y pruebas que les presentemos, no están en la capacidad de comprender, y otras están cegadas por el ego, el odio y el resentimiento, y lo único que desean es tener la razón aunque no la tengan.
Cuando la ignorancia grita,
la inteligencia calla.
Tu paz y tranquilidad valen más.
SE ESTA MURIENDO LA GENERACION DE HIERRO.
La generación que sin estudios educó a sus hijos.
La que, a pesar de la falta de todo, nunca
permitió que faltara lo indispensable en casa .
La que enseñó valores; empezando por Amor y
Respeto.
Se esta muriendo la gente que enseñaba a los
hombres el valor de una mujer y a las mujeres, el respeto por los hombres.
Se están muriendo los que podían vivir con pocos
lujos, sin sentirse frustrados por ello.
Los que trabajaron desde temprana edad y enseñaron
el valor de las cosas, no el precio.
Mueren los que pasaron por mil dificultades y sin
rendirse nos enseñaron cómo vivir con dignidad.
Los que después de una vida de sacrificio y
penurias, se van con las manos arrugadas y la frente en alto.
Se está muriendo la generación que enseñó a vivir
sin miedo.
¡Se está muriendo!
la generacion que nos dio la vida.
La misma botella en un bar, cuesta 1.00 dólar.
En un buen restaurante un hotel puede valer hasta 2.50 o 3.00 dólares
En un aeropuerto o en el mismo avión, hasta 5.00 dólares te pueden cobrar.
La botellita es la misma, la marca también, lo único que cambia es el lugar.
Cada lugar, da un valor diferente al mismo producto.
Cuando te sientas nulo, que no vales nada, cuando todo tu alrededor te menosprecie, cambia de lugar, no te quedes ahí.
Ten el coraje de cambiar de aires y vete a un sitio donde te den el valor que mereces y te consideren lo que eres.
Rodéate de gente que aprecie realmente lo que vales.
Vales un montón.
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